
Reunidos como médiums para desafiar la muerte, con la ingenuidad de quien puede hacerlo, ese fue el punto de partida de un proyecto equivocado. “Queremos comunicarnos con los que ya no están, queremos volver a hablar con ellos, rendirles homenaje, darle las cosas que no tuve tiempo en vida, homenajear a nuestros difuntos en un acto público”, estas fueron nuestras premisas equivocadas. Todo un error, todo un muro, como una barrera que no nos dejaba ver lo que realmente estábamos trabajando; así que fue el proceso de trabajo el que nos corrigió y nos guió al camino correcto: no estábamos reunidos allí para homenajear a nuestros muertos, sino para homenajear a los que se quedan aquí viendo como los demás se marchan. Ahora sí que estamos convencidos, “este es nuestro homenaje a los que se quedan”.
0 comentarios:
Publicar un comentario